Juan 14:15 (NVI) - Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
La palabra obedecer en algún momento paso de ser algo bueno a algo malo. Algunos sienten que si obedecen, están cediendo a algo en contra de su voluntad. Algunos sienten que obedecer es un signo de debilidad. Piense en la presión que los niños experimentan a diario. Se burlan de ellos porque son obedientes a su maestro, padre o alguien de autoridad. Se les enseñó a ser obedientes.
A veces nosotros mismos creamos la confusión sobre por qué debemos obedecer y a quién debemos obedecer. Escucha este consejo, pero no escuches a nadie más. Me pregunto si acabamos de entrenar nuestros oídos para escuchar a Dios, buscarlo, confiar en lo que él nos dice que hagamos y simplemente hacer lo que él pide. Si escuchamos su voz suave y cedemos a su pedido, cuán diferentes serán nuestras vidas.
Soy el primero en admitir que la obediencia no es fácil. Sin embargo, cuando ves las recompensas de tu obediencia una y otra vez, la obediencia se vuelve más fácil. (Véase también Éxodo 3:11 ... la experiencia de Moisés.) Dios nos ama y nunca nos pediría que hagamos algo que no nos beneficie al final o que no beneficie al Reino. Piénselo, él dijo que trabaja todas las cosas para aquellos que lo aman. El versículo de hoy es un recordatorio de que si amas al Señor, obedecerás lo que él ordena. No importa cuán imposible parezca o si tiene sentido o no. Si lo amas, obedeces, confías y actúas según sus órdenes.
Querido Dios,
Gracias por el recordatorio de que si te amo, obedeceré tu mandato. Te amo, así que obedezco tus órdenes. No importa lo que la carne pueda pensar. Rezo para que todos tus hijos recuerden que amarte es obedecer lo que mandas. Que amarte es confiar en ti y actuar según lo que pides. Te pido esto en el nombre de tu hijo Jesús. ¡Amén!