Feliz Navidad!
¡Feliz domingo! ¡Alabado sea el Señor!
24 de diciembre de 2017
Lucas 2:10 (NVI) - 10 Pero el ángel les dijo: «No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo.
Jesús vino a liberarnos de todo pecado, a las mentiras del enemigo y a salvarnos a todos. A veces es desconcertante que conozcamos estas verdades, pero aún persistimos en creer las mentiras del enemigo, las mentiras que nos decimos a nosotros mismos y perseguir los deseos de la carne más que la del espíritu. Estamos destinados a la grandeza, pero perseguimos menos por miedo.
A pesar de nuestra desobediencia, nuestra negativa a alabar, honrar y dar gracias a Dios por todo lo que hace por nosotros cada día, él todavía nos regala su Gracia asombrosa. Su gracia para ayudarnos a cada uno de nosotros a alcanzar la grandeza que él pretende. Esto es amor. Como dice la canción Amazing Grace de John Newton, que nos salvó cuando estábamos perdidos, cuando estábamos ciegos, a través de muchos peligros, problemas y trampas, su gracia nos ha salvado hasta ahora, y la gracia nos traerá a nuestro hogar eterno. Otra parte de la canción nos recuerda que el Señor nos ha prometido algo bueno, que su palabra asegura nuestra esperanza, que será nuestro escudo y el proveerá mientras dure la vida.
El versículo de hoy es un recordatorio del mensaje del Ángel cuando la gloria del Señor brilló alrededor de los pastores aterrorizados; No tengan miedo. Les traigo buenas noticias que causarán gran alegría para todas las personas. El nacimiento de Jesús fue una gran noticia y vino a traernos gran alegría. Dado que debemos tener una gran alegría, estamos destinados a la grandeza, ¿por qué seguimos dejando que el miedo nos mantenga en la esclavitud, gobierne nuestros corazones y nuestras mentes? Los animo hoy a leer Lucas 2.
Querido Dios,
Gracias por el recordatorio de las buenas noticias de que el nacimiento de Jesús vino a causarme gran alegría. Que no hay necesidad de temer, que todos tus hijos tengan una gran alegría, no teman más y abracen la libertad que Jesús nos dio a todos. Que abracen la Gracia Asombrosa de Dios y la grandeza a la que están destinados. Pido esto en el nombre de tu hijo Jesús. ¡Amén!